Señor Morado.

El otro día fui a verte a tu casa, junto a otros compatriotas que también te hechan de menos, que sonsos, no? si tu estas en todas partes.
Mi enano estaba conmigo y juntando sus manitas habló contigo, y yo, por encima de todo te agradecí por tenerle a él, por mi Oso y por mi familia que tiene salud, trabajo y esta bien.
Ya se acabó el mes de octubre y lo que te quiero pedir no es para mi, es para mi pueblo, ese pueblo que te mira siempre con fe y que tiene en ti su consuelo y su fuerza. Danos paz Señor, danos fuerza de voluntad para salir adelante, danos tolerancia y respeto de los unos por los otros, danos integridad y honestidad, y por sobre todo danos el don de la verdad.
Se que estarás en las Nazarenas hasta el año que viene, cuando pase por Lima iré a saludarte una vez más, mientras tanto y aunque se que siempre estas, te pido que no te olvides de hecharnos una miradita de vez en cuando y por cierto, ya que estamos, diles a los de correos que no se hagan los vivos con mi turrón.