Esta semana se conmemoraba un año más del fallecimiento de la pequeña Ana, Ana Frank quien nació en Alemania en 1929 y pertenecía a una familia judía que se exilió en Holanda al comenzar las persecuciones nazis. A la edad de trece años comenzó a escribir un diario y poco tiempo después ella y su familia tuvieron que ocultarse para evitar los campos de concentración. Permanecieron escondidos desde 1942 hasta 1944 año en que fueron descubiertos. En 1945 murió en el campo de concentración de Bergen-Belsen. Su diario fue encontrado en el escondite que habitó durante dos años.
Trece años apenas...¿que hacia yo con trece años? probablemente jugaba con mi barbie, iba al cole, veia los conciertos de Menudo y me entretenía con los slams de mis amigas. A esa misma edad descubrí su diario y lo leí con mucha avidez pues me pareció lo mas interesante que había encontrado hasta entonces después del Principito.
Un párrafo de es diario, lleno de inocentes reflexiones, me hizo pensar en los cientos de niños que habrán pasado por eso y simplemente terminé estremecida
Ana decía: "Podríamos cerrar los ojos ante toda esta miseria, pero pensamos en los que nos eran queridos, y para los cuales tememos lo peor, sin poder socorrerlos. En mi cama bien abrigada, me siento menos que nada cuando pienso en las amigas que más quería, arrancadas de sus hogares y caídas a este infierno. Me da miedo el cavilar que aquellos que estaban tan próximos a mí se hallen ahora en manos de los verdugos más crueles del mundo. Por la única razón de que son judíos."
Lo único que ella veía desde la ventana de su escondrijo era un arbol, un viejo castaño que animaba sus días durante su encierro, este arbol en breve sera cortado pero un trozo de él será injertado en el Museo de Ana Frank, y seguira siendo mudo testigo del sufrimiento de una niña y su familia, de la injusticia y la crueldad mas inhumana.
Hoy habrán miles de Anas regadas por el mundo, en esas guerras que se desatan por el simple poder, cuantas niñas no estarán clamando desde sus rincones un poco de paz, mirando arboles solitarios o troncos muertos, cuantas Anas no tendra el mundo y nosotros sin saberlo, o quizas simplemente no queriendo saber...
2 opiniones:
Caray, que ganas de ser un castaño...
Hay un librito de comic que ha ganado muchos premios y tambien habla del holocausto desde un punto de vista judio.
Se trata de "MAUS" de Art Spiegelman. Un comic muy veraz donde utiliza animales para graficar a los personajes, así los judios son ratones, los alemanes (como no podía ser de otra forma) gatos, los polacos son cerdos, los norteamericanos amistosos sabuesos y los franceses ranas.
Es un obligado si te interesa esa época y esa vision.
Publicar un comentario